lunes, 1 de diciembre de 2014

Miguel Álvarez del Toro, un colimote apasionado por la naturaleza


Por Gilda Y. Andrade Michel y María Guadalupe Velarde Aguilar


Estimado lector, ¿Te has dado una vuelta últimamente por el parque regional de nuestro estado de Colima? ¿En especial por el vivero interno? ¿Sabías que tienen un vivero?, ahh pues dicho vivero lleva el nombre del Señor Miguel Carlos Francisco Álvarez del Toro, estarás pensando “¿Y ese señor quién es o qué hizo?”, pues en esta ocasión aquí te lo contaremos todo.

Nadie es profeta en su tierra


El señor Álvarez del Toro nació el 23 de agosto de 1917 y vivió su infancia e hizo sus estudios de educación primaria en nuestro bello Estado. Por azares del destino terminó en la ciudad de México, donde encontró una oportunidad para trabajar en Chiapas; una vez allá, le dio rienda suelta a sus pasiones: la Zoología y la Conservación de la naturaleza. ¡Oh Chiapas tan afortunado!, quién hubiera pensado que este colimote se fascinaría tanto con sus magníficos paisajes naturales y su fauna.
Durante su estancia en Chiapas, luchó e hizo mucho por la conservación de importantes ecosistemas, desde el momento en que pisó aquel Estado hasta antes de su muerte en 1996. Por toda su trayectoria es considerado como el último naturalista del siglo XX.

La naturaleza y el campo como escuela principal
Desde muy joven aprovechó su entorno para realizar observaciones en el campo y ahí comenzó su gusto por la Historia Natural, especialmente por la Zoología (rama de la Biología encargada del estudio de los animales), además de las observaciones, también hacía recolectas de animales y experimentaba con métodos para preservarlos, uno de estos métodos era la taxidermia que consiste en disecar animales para conservarlos en buen estado para estudios posteriores. Lamentablemente por su poca experiencia (amateur), casi no tenía éxito.
Como podrás notar no hemos mencionado estudios puntuales en alguna escuela o universidad, a pesar de ello el Señor Miguel vivía ávido por aprender sobre los temas que le apasionaban, de experimentar y de saciar toda esa sed de conocimiento, pero lo hacía de forma autodidacta. Su situación familiar y su futuro incierto no le permitieron establecerse en un lugar y entrar a una institución para realizar sus estudios universitarios.
Trataba de mantenerse actualizado en lecturas que hablaran de Zoología y Taxidermia, a su modo, así que estaba siempre alerta en las recomendaciones o notas sobre libros que publicaban en periódicos, así consiguió aprender más allá de estructuras animales y técnicas para disecarlos; dio con las bases de la clasificación de diferentes especies, ciclos de vida de animales y vasta información sobre la biología de ecosistemas.
Chiapas ahí te voy
En aquel 1938, a la entrada del bosque de Chapultepec, en la ciudad de México, había planes para llevar a cabo la formación de un museo de Flora y Fauna Nacionales, en dicha planeación solicitaban personal y el Señor Miguel fue por el puesto de “peón a lista de raya comisionado al taller de taxidermia”, así que se capacitó aprendiendo inglés y siguió fortaleciendo sus conocimientos sobre Zoología de forma autodidacta (como lo hacía hasta entonces).  
Tuvo la fortuna de que le reconocieran su esfuerzo y poco a poco ascender de puesto hasta llegar a ser subdirector del Museo. Aunque no le duró mucho la felicidad porque en 1941, la secretaría de la que dependía el museo para el que trabajaba cambió de nombre y le quitaron recursos, así que lo destituyeron de su puesto regresándolo al puesto con el que comenzó. Después de esto deambulaba entre el Museo Nacional de Historia Natural y el Instituto de Biología de la UNAM (en este último se sentía menospreciado por carecer de estudios formales).
Ya por pura casualidad se encontró en el periódico con un trabajo de taxidermista en Chiapas, donde el gobernador de ese entonces el Dr. Rafael Pascacio Gamboa estaba muy interesado en formar un museo de gobierno estatal, así que obtuvo el puesto en 1942 y se mudó al “paraíso salvaje”, considerado así por los citadinos de aquel entonces.
Para comenzar la formación del museo, necesitaban animales, así que en Chiapas de aquellos tiempos no fue difícil conseguirlos ya que venados, chachalacas y ocasionalmente jaguares se podían apreciar muy cerca de las poblaciones rurales.


Su legado


Al poco tiempo de estar trabajando como técnico del joven museo, el encargado murió y el Señor Miguel se quedó a cargo por ni más ni menos que 52 años, durante los cuales no sólo estuvo a cargo del museo, sino que puso manos a la obra publicando  siete libros entre los que destacan: Los animales silvestres de Chiapas, Los reptiles de Chiapas, Chiapas y su Biodiversidad. También publicó 74 artículos científicos y de divulgación en revistas nacionales e internacionales; además de ser fundador de varias colecciones biológicas.

 Su trabajo no queda restringido a Chiapas, sino que rompe barreras a nivel nacional e internacional. Es el impulsor de una modalidad de parques zoológicos muy especiales en donde sólo se exhibe fauna regional: vertebrados y también invertebrados, y lo más importante de todo es que buscó recrear el ambiente natural en donde cada especie vivía.





También luchó por conservar áreas naturales extensas, varias de las cuales están dentro de la categoría de Reserva de la Biosfera que es la máxima categoría de protección ambiental, uno ejemplo que tenemos en nuestro estado es la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán ¿Ya la conoces?... y hablando de reservas el pasado 27 de noviembre de 2014 se celebró en nuestro país el día Nacional de la Conservación. 







El Señor Miguel Álvarez del Toro nos dejó un maravilloso legado y mostró con su vida que lo que cuentan son los hechos, que más que los títulos cuenta la pasión, el esfuerzo y la dedicación con que se hacen las cosas.




Publicado en la edición semanal de El Comentario  
Lunes 01 de diciembre de 2014 
Número 188, páginas 12-14

Comentarios o sugerencias escríbenos a: buzon.pregunton@gmail.com 

Fuentes:


Imágenes:
1. Foto del Señor Álvarez del Toro (proporcionada por Eduardo Morales Pérez http://www1.inecol.edu.mx/sonidos/miguelalvarezdeltoro.htm)
2.      Imagen de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán: http://manantlan.conanp.gob.mx/geomorfologia_y_suelos.php
3.      Abaniquillo chiapaneco: Daniel Pineda.
4.      Culebra sin rayas chiapaneca: Daniel Pineda.
5.      Cícada: Juan Carlos López Domínguez
      




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