María . Velarde Aguilar y Gilda Y. Andrade Michel
Cuando escuchamos la palabra parásito, algunas de las cosas que nos vienen a la mente son: horror,
repugnancia, enfermedad... Pero qué tal si les dijéramos que algunos de esos
seres pueden ser nuestra salvación para una serie de padecimientos terribles
¿Nos creerían?, pues acompáñenos con esta lectura y veremos cómo puede ser esto
posible.
Helmintos de humanos |
Los helmintos son animales parásitos, de cuerpo blando, a los
que comúnmente se les llama gusanos. A los humanos nos parasitan 300 especies y
algunas de ellas han sido unos verdaderos dolores de cabeza a lo largo de toda
nuestra historia, puesto que han ocasionado muchas enfermedades y muertes, sin
embargo, investigaciones recientes dan a conocer que la presencia de algunos tipos
de gusanos en el organismo, pueden curar ciertas enfermedades, particularmente
las de carácter autoinmune.
Región cefálica de Necator americanus |
A esta terapia se le llama helmintoterapia o gusanoterapia, y consiste en que los pacientes son infectados deliberadamente con gusanos intestinales en la espera de una mejora a sus síntomas. Aunque esta terapia es de reciente aparición, existe evidencia que señala la viabilidad del tratamiento para enfermedades como el lupus, esclerosis múltiple, asma, alergias a alimentos, artritis reumatoide, colitis ulcerativa, autismo e incluso diabetes tipo I. Los helmintos más utilizados son Necator americanus, conocido comúnmente como uncinaria, así como, Trichuris suis y Trichuris trichiura, ambos conocidos como tricocéfalos.
Huevo de tricocéfalo |
Uno de estos estudios fue llevado a cabo por el inmunólogo
P`ng Loke. Su trabajo se centró en el estudio de un hombre que conoció en el
2007, el cual, se había infectado a sí mismo con gusanos parásitos, con el fin
de curarse de una enfermedad inflamatoria del intestino (colitis ulcerativa).
La colitis ulcerativa es una enfermedad autoinmune caracterizada por la
aparición de llagas en el colon, aunque no se sabe exactamente qué la ocasiona,
se ha asociado con una disminución en la producción de moco intestinal. Al
realizar una colonoscopía a este paciente se observó que después de la
infección, hubo un aumento en las células que producen moco y con ello una
disminución en las llagas.
Un dato que es sumamente interesante y sorprendente es que la
prevalencia de enfermedades autoinmunes en los países desarrollados es muy
alta, con una incidencia de parasitosis baja. Por el contrario, en los países
menos desarrollados con una incidencia de gusanos mayor, las enfermedades
autoinmunes son escasas.
Lo que ocurre es que hemos convivido con estos gusanos
durante miles de años y este contacto ha “entrenado” a nuestro sistema inmune
para ser más tolerante. Cuando los helmintos infectan a los individuos y se
adhieren a los tractos intestinales de sus hospederos, el sistema inmune ataca,
mientras que al mismo tiempo también entra en juego el sistema antiinflamatorio
para asegurar que la respuesta no se vaya de las manos. En el mundo moderno,
desarrollado y estéril, los efectos reguladores del sistema inmune ya no se
desarrollan normalmente, lo que puede propiciar alergias y enfermedades
inflamatorias, a esto se le llama la teoría
de la higiene.
Aunque en algunos casos existe evidencia de que la infección
por helmintos puede jugar un rol en la protección contra ciertos padecimientos,
es imposible predecir cómo responderá cada individuo a la infección. Es por
ello que las investigaciones continúan, buscando formas seguras y eficaces de
realizar esta terapia.
Publicado en la edición semanal de El Comentario
lunes 24 de marzo de 2014
Número 158, página 14-15
Fuentes:
3. photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/prep4md/2772967132/">prep4md</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/">cc</a>
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