La idea de que las estrellas y los planetas influyen en
nuestro comportamiento y estado de ánimo puede ser rastreada hasta la antigua
Roma, donde se consideraba que la luna poseía un poder sobrenatural, de hecho
la palabra “lunático”, que según la RAE (Real Academia de la Lengua Española) se
refiere a una persona que padece locura, no continua, sino por intervalos,
proviene de la diosa Romana de la luna, y es un reflejo de la asociación
luna-desorden mental.
Durante la edad media existía una fuerte creencia en el
fenómeno llamado efecto de la locura lunar, en el cual los humanos se
transformaban en hombres lobo o vampiros durante la luna llena. Pero eso no es
cosa del pasado, aún hoy en día, muchas personas tienen la firme creencia que
la luna induce comportamientos inusuales que derivan en accidentes,
alcoholismo, ansiedad, asaltos, depresión, violencia doméstica, sobredosis de
drogas, pacientes psiquiátricos, accidentes de tráfico, asesinatos, suicidios, etc.
Un estudio realizado en los Estados Unidos reveló que cerca
del 40% de la población y el 81% de los profesionales de salud mental, creen
que la luna llena afecta al comportamiento humano y se ha denominado en la
literatura académica como el efecto
Transilvania. Esa creencia en el poder de la luna, particularmente
arraigada entre los profesionales de la salud mental, es sorprendente dada la
abundante evidencia científica que demuestra que no existe relación entre las
fases lunares, y cualquier comportamiento anormal que propicie calamidades.
La luna y el agua
La influencia de la luna en las mareas, es un hecho comprobado y no existe duda al respecto. Y este mismo fenómeno ha llevado a investigadores a creer que la luna influye en nuestros
cuerpos debido a que está compuesto de cerca de 80% de agua, por lo que de
alguna manera, la luna podría afectar a las moléculas del sistema nervioso. Pero
existen varias razones por las que ese argumento no podría ser considerado como
válido: El efecto gravitacional de la luna es más potente durante las lunas
nuevas (invisibles para nosotros), que durante la luna llena. Además esa
influencia se dá en cuerpos de agua grandes como los oceanos y lagos. Y los
efectos gravitacionales son muy pequeños para llegar a generar un efecto
significativo en nuestra actividad cerebral o comportamiento.
Algunos investigadores han argumentado que el efecto Transilvania
podría estar relacionado con una privación del sueño debido a la luz de la luna
llena, lo que podría ocasionar manía y cambios en el estado de ánimo. Pero en
la época moderna la luz de la luna se ha visto opacada por la luz artifical que
ilumina nuestras calles.
Investigaciones fallidas
Este fenómeno ha sido objeto de estudio por muchos
investigadores, y de vez en cuando algunos de estos estudios muestran
correlación con la influencia de la luna, pero se ha observado que muchos de
esos estudios fallaron en tomar en consideración cosas básicas. Por ejemplo,
diversos estudios concluyeron que existía una correlación entre el número de
accidentes automovilísticos, suicidios y crímenes con la luna llena, pero a
estos investigadores se les olvidó observar el calendario y darse cuenta de que
la mayoría de esos días de luna llena caían en fines de semana o en días
festivos, cuando de todas maneras siempre tenemos ese tipo de problemas.
Entonces, si la evidencia sugiere que la luna no tiene
efectos en el comportamiento humano ¿Porqué persiste esa idea?. Esto puede
deberse a que las personas recuerdan y asocian con más facilidad sus creencias
populares con lo que les aconteció. Así, un policía o un médico puede mirar a
través de la ventana y darse cuenta que hay luna llena, entonces asocian ese
fenómeno con la carga de trabajo que tuvieron esa noche, pero en cambio, si la
luna está en otra fase nadie recordará o asociará la pesada jornada de trabajo
con la luna.
Pero aún así existen personas que aseguran padecer los
estragos de la luna llena, y debido a que los estudios realizados hasta el
momento se enfocan en la población en general, quizá esta minoría haya pasado
desapercibida. Quizá el camino a seguir es estudiar a las personas que se declaran
afectadas y uno nunca sabe, quizá despues de todo la luna llena sí sea capaz de
“sacar el lado salvaje” de algunos humanos.
Ahhh por cierto, tome sus precauciones, ya que mañana martes
9 de septiembre se llevará a cabo la tercera y última “super luna” del año,
donde se podrá observar a la luna con un brillo de más del 30% de lo habitual.
Fuentes:
1. Owens M, and McGowan W. 2006. Madness
and the Moon: The lunar Cycle and Psycopathology. German Journal of
Psychiatry 123-127.
2. Zimecki, M. 2006. The lunar cycle: effects on human and animal
behavior and physiology. Postephy Hig Med Dosw 60: 1-7.
Publicado en la edición semanal de El Comentario
Lunes 8 de septiembre de 2014
Número 176, páginas 14-15
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