Por Gilda Y. Andrade Michel y María
Guadalupe Velarde Aguilar
¿Imaginas un mundo sin frijoles, sin maíz o sin
trigo? Pues déjame decirte mi estimado lector que puede ser posible y lo que fortalece
esta posibilidad es entre otras cosas, la vulnerabilidad de algunos cultivos,
los suelos erosionados, las condiciones de sequía, la contaminación ambiental,
la pérdida de hábitat y la introducción de plantas exóticas. Aunque suene
apocalíptico, en nuestros días hay que tener un plan de emergencia para
asegurar un futuro en el que nuestros tataranietos puedan disfrutar de unos
frijoles de la olla con sus respectivas tortillas y su chile molcajeteado.
Semillas para
el futuro
Para evitar la extinción de especies de plantas, los
científicos ya tienen su plan de emergencia que consiste en el resguardo de
semillas, ya sea en una colección o banco donde se depositen (libres de
impurezas y bajo condiciones especiales); o mediante su cultivo en campo. Existen
más de 1500 bancos en aproximadamente 150 países.
Destrucción
de colecciones
Las condiciones que debe tener una colección, son
entre otras, una temperatura muy baja, ambiente estéril y baja humedad. Muchas
colecciones muy importantes en el mundo se han perdido a causa de daños por
guerras, saqueos, fenómenos naturales o por el mal funcionamiento de equipos
que mantienen baja temperatura y humedad; por eso la comunidad científica apoyada
por la ONU propuso la creación de una colección especial.
A prueba de
catástrofes
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard también
conocida como “la Bóveda del fin del mundo” tiene una
ubicación muy al Norte del globo terráqueo (se planeó en un lugar remoto para
conferirle seguridad), dentro de una montaña en una Isla de Noruega. Sus
instalaciones están diseñadas a prueba de fallos ya sea ocasionados por la
naturaleza o por el hombre. Otra característica de esta bóveda es que se
encuentra en una zona geológica estable, con bajos niveles de humedad y por
encima del nivel del mar (en caso de inundaciones).
Conservando a
bajas temperaturas
Esta colección tiene la particularidad de aprovechar
el permafrost (capa de hielo que permanece congelada) y la roca gruesa para
mantener a bajas temperaturas las muestras; todas las semillas que se
encuentren almacenadas tendrán la función en un futuro, de servir como garantía
para el consumo de alimentos a nivel mundial
asimismo representarán una fuente de semillas de una gran variedad de
cultivos que tienen éxito en la actualidad y podrán satisfacer las demandas alimentarias
de la población futura.
¿Espacio
suficiente?
La Bóveda de Svalbard tiene la capacidad de almacenar hasta 4.5 millones de
variedades de diferentes cultivos, cada cultivo contendrá 500 semillas en
promedio, esto significa que es posible almacenar 2.5 mil millones de semillas.
En la actualidad ya tienen 830 mil muestras de varios países; algunas de alimentos
básicos como el maíz, arroz, trigo, variedades de frijol y papa, sorgo,
berenjena, lechuga y cebada.
Proceso largo de selección
Para completar la
colección, se requiere de mucho trabajo, porque el proceso comienza desde la
selección de los cultivos en campo pasando por la separación de la semilla de
mejor calidad de sus frutos, la limpieza y verificación de su viabilidad bajo
microscopio, técnicas de secado, colocación en una colección y transporte hacia
la Bóveda en Noruega; una vez en la temperatura ideal (-18 °C), se deben empaquetar
correctamente dentro de bolsas de papel aluminio de tres capas, se sellan en dependencia del tipo de semilla,
siempre manteniendo bajos niveles de humedad y temperatura para que las
semillas tengan actividad metabólica baja manteniéndolas viables durante
períodos de tiempo prolongados (hasta mil años).
¿Qué tipo de semillas se pueden guardar en esta colección?
A pesar de que en un
principio se almacenaron sólo las de importancia para la seguridad alimentaria
y la agricultura mundial sostenible, en febrero de este año se depositaron las
primeras semillas de árboles de bosque, de este modo se abren las puertas a una
vasta gama de especies vegetales. Cada país o institución tiene derecho a
depositar y retirar sus semillas, las semillas que allí se guardan son “copias
de seguridad” esto quiere decir que se reciben semillas que ya estén
resguardadas en otra colección. Esto representa una importante alternativa para
la lucha contra la extinción de especies vegetales.
Alternativa más accesible
En India también tienen una
colección de semillas aprovechando las condiciones permafrost. Se encuentra al
oeste del Himalaya en Chang-La a 5360 metros sobre el nivel del mar, el
rango de temperatura a la que se encuentraes de -4 a -40 °C, y la humedad es
menor al 20%, estas condiciones son idóneas para guardar semillas por un largo
período de tiempo además está de más fácil acceso que la de Noruega.
En México
En nuestro país existen más
de 18 colecciones entre ellas podemos encontrar a la Colección de Semillas de
la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, que desde hace ya
más de 10 años almacena alrededor de 1300 especies de plantas nativas del
desierto mexicano. También contamos con una colección de reciente creación en
Jalisco (2012): el Centro Nacional de Recursos Genéticos perteneciente a la
SAGARPA con alrededor de 20,500 semillas mexicanas y extranjeras de importancia
agrícola y forestal.
Publicado en la edición
semanal de El Comentario
Lunes 21 de septiembre de
2015
Número 222, páginas 15 a 17
Fuentes:
Juárez, C. 2011. Tesoro en
el Congelador. UNAMirada a la Ciencia.
Imágenes:
Photopin
Comentarios o sugerencias
escríbenos a:buzon.pregunton@gmail.com