Por: María
G. Velarde Aguilar y Gilda Y. Andrade Michel
Los perros fueron los primeros animales en ser domesticados,
y son también la especie con la que el humano ha formado los lazos afectivos más
fuertes, además de su propia especie. Actualmente existen aproximadamente 800
razas (más que cualqueir otro animal) con al menos unos 600 millones de
individuos repartidos en todo el mundo.
Conocer el momento justo en el que un animal pudo reconocerse
como un perro, ha cautivado e interesado a los científicos durante mucho
tiempo, y la historia de cómo, cuándo y dónde ocurrió la domesticación, es
todavía objeto de debate.
Se sabe que los perros (Canis
lupus familiaris) descienden del lobo gris (Canis lupus), el miembro más grande de la familia Canidae, y el
primer perro domesticado sería muy parecido a un Husky Siberiano, pero de mayor
tamaño.
No se sabe con exactitud cuándo y dónde ocurrió la domesticación,
ya que puede ser muy dificil distinguir entre los esqueletos de los perros
domésticos y los lobos silvestres, especialmente en la historia temprana de los
perros, cuando pudieron haber sido mucho más similares a los lobos de lo que
son hoy en día.
Uno de los restos conocidos más antiguos de un cánido con
apariencia de perro datan de hace unos 33,000 años en las montañas Altai en el
sur de Siberia. Aunque los fósiles que datan de 12,000 a 11,000 años
encontrados enterrados junto con humanos en Israel, podrían representar los
primeros restos de perros verificados.
Por otro lado, algunos estudios de variación genética también
difieren en cuanto al tiempo en el que los perros se separaron de los lobos,
algunos indican que este evento ocurrió hace apenas unos 11,000-16,000 años y
otros estudios sugieren que ocurrió hace 32,000 años.
Sin embargo, la domesticación de los perros pudo haber sido muy
compleja, involucrando a distintas poblaciones como fuente de domesticación y/o
varios entrecruzamiento con lobos. Actualmente se tiene evidencia de que al
menos existen dos lugares de “nacimiento” de nuestros peludos amigos, uno en el
Este Medio y otro en Norte América.
Tampoco sabemos porqué y cómo esas criaturas llegaron a
nuestros hogares, una teoría sugiere que los humanos pudieron haber capturado a
las crías de lobos y usarlos como guardianes o para la cacería.
Alternativamente, cuando los humanos cambiaron de una vida nómada a sedentaria,
durante la implementación de la agricultura, los lobos podrían haber sido
atraidos hacia los vertederos cerca de los asentamientos humanos en busca de
comida.
Ésta última parece ser la idea más probable y también la más fundamentada, ya que un estudio reciente, analizando genomas enteros, reveló que, en comparación con los lobos, los perros poseen un aumento de 7 veces el número de copias de un gen (AMY2B) implicado en la digestión de los almidones, por lo que se considera que esta capacidad de consumir y procesar alimentos de origen vegetal fue fundamental y “catalizó” la domesticación.
Imaginen a unos lobos reunidos alrededor de campamentos
humanos para comer las sobras de comida. Los lobos más pequeños probablemente
habrán sido más valientes y curiosos que los de gran tamaño, por lo que los
lobos menos agresivos y más pequeños fueron más exitosos cerca de los humanos. A
cambio, el humano obtenía un servicio de limpieza, con lo que evitaba que
depredadores de mayor tamaño se acercaran, y así, poco a poco esas criaturas se
domesticarían así mismas a través del tiempo.
El hombre fue apreciando características particulares de cada
perro y fue eligiendo aquellos que tenían ciertos razgos que le resultaban
útiles, como su docilidad, las habilidades para seguir rastros, para nadar,
para ser guardianes etc, etc. y los cruzaba entre sí, de esa manera, paulatinamente
fueron surgiendo caninos de una enorme variedad de formas, tamaños y cualidades.
Sin duda, uno de los cambios más sorprendentes ocurridos durante el proceso de domesticación fue la capacidad cognitiva para percibir y responder a los gestos comunicativos humanos, una cualidad única que no comparten con sus ancestros lobos, y que tampoco la podemos encontrar en nuestros parientes vivos más cercanos los chimpacés.
Quizá nunca sabremos en realidad, cómo fue que esos primeros
lobos aventureros se convirtieron en nuestros amigos, pero sin duda ha sido uno
de los mejores acontecimientos que le ha pasado a la humanidad ¿No crees?
Publicado en la edición semanal de El Comentario
lunes 18 de julio de 2014
Número 170, páginas 24-25
Fuentes:
Larson, G. y Bradley, D. G. 2014. How Much Is That in Dog Years? The Advent of Canine Population Genomics. PLoS Genet 10(1): e1004093. doi:10.1371/journal.pgen.1004093
Lobell, J. A. y Powell, E. 2010. More Than Man's Best Friend. Archaeology Magazine of the Archaeological Institute of America. 63(5).
Fotografías:
2. http://www.africanis.co.za/history.htm#mery
3. doi:10.1371/journal.pone.0022821.g00
4-6. María G. Velarde Aguilar. CC BY-NC-ND. Creative Commons. No se permite un uso comercial de la obra original, ni la generación de obras derivadas.
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