lunes, 11 de noviembre de 2013

ADN, una herramienta para combatir el tráfico ilegal de especies en México


Por: María G. Velarde Aguilar y Gilda Y. Andrade Michel


Desde tiempos inmemorables los humanos hemos utilizado a la vida silvestre como una fuente de alimento, refugio, vestido, medicina y ornamentos, e indudablemente ha sido la principal forjadora de las culturas y de la forma de ver el mundo de todas las civilizaciones que han habitado este planeta.

Sin embargo, en las últimas décadas, con el aumento de las poblaciones humanas, el uso insostenible y el incremento en los aprovechamientos ilegales, como lo es el tráfico ilegal de especies, se ha ejercido una fuerte presión sobre estos recursos, poniendo en serios aprietos a muchas especies de animales y plantas en todo el mundo.


México es un país “megadiverso”, ocupa el primer lugar en el mundo en riqueza de reptiles, el segundo en mamíferos y el cuarto en anfibios y plantas, y esta riqueza lo convierte en un lugar muy vulnerable para el contrabando de especies, y por ello desafortunadamente es un país muy activo en este sentido, tanto a nivel nacional como internacional.

Los organismos son comercializados o sustraidos de su hábitat natural por diversas razones entre las que se encuentran: uso como mascotas, medicina tradicional, costumbres como brujería, comida exótica, afrodisiacos, uso ornamental, fabricación de prendas etc. Y cabe mencionar que la gran mayoría son transportados en pésimas condiciones y mueren durante el transporte por inanición, deshidratación, asfixia, enfermedades, entre otras causas.


Algunos ejemplares son traficados vivos y en etapa adulta, pero otros son comercializados como productos o en partes, por ejemplo, huesos, carne, pieles, polvos, semillas, bulbos, huevos, etc., lo cual dificulta enormemente a las autoridades hacer la correcta identificación de lo que se está vendiendo o transportando. Esto es muy importante puesto que muchos traficantes mienten al declarar que los productos que transportan provienen de especies que no están en peligro de extinción y que su comercialización está permitida, tras lo cual salen librados, ya que los inspectores no pueden identificar con certeza la especie de la que proviene el material.

molécula de ADN

Pero existe una huella que está presente en cada trozo de los organismos, que permanece inalterada a través del desarrollo, y que es única para cada ser vivo. Efectivamente, hablamos del ADN, esta molécula se ha utilizado ampliamente desde hace tiempo por los científicos para identificar organismos a partir de partes muy pequeñitas de ellos como lo son plumas, pelos, gotitas de sangre, hojas, raíces, etc.


Una de las iniciativas de este tipo más importantes, es la del Código de Barras de la Vida, la cual consiste en utilizar un pequeño fragmento de ADN (aproximadamente 600 pb) para identificar especies, así como lo haría un Código de Barras para un producto del supermercado. Actualmente en todo el mundo se están obteniendo códigos de barras de cientos de seres vivos alrededor de todo el mundo, y se espera que algún día todos tengan el suyo.



En este año Google otorgó uno de sus premios Global Impact Awards a una iniciativa mundial para utilizar los Códigos de Barras Genéticos para ayudar al combate del tráfico ilegal de especies, que recibe el nombre de Proyecto de Códigos de Barras de la Vida Silvestre (Barcode of Wildlife Proyect). Los países participantes son México, Sudáfrica, Kenia, Nigeria y dos países por definir en Asia y Sudamérica.

En nuestro país, en una colaboración sin precedentes, se sentaron a la mesa científicos de varias regiones y centros de investigación de México como el Instituto de Biología de la UNAM, ECOSUR y CIBNOR, las autoridades CITES -encargadas de velar para que el comercio internacional no sea una amenaza para las especies (CONABIO, PROFEPA y SEMARNAT)- las autoridades que se encargan de perseguir los delitos ambientales (PGR) y la División Científica de la Policía Federal, que aporta su amplia experiencia en el uso del ADN para identificación de restos humanos.


Y así, ciencia y gobierno están trabajando juntos para generar protocolos adecuados para que los Códigos de Barras se utilicen de manera rutinaria por los inspectores en casos donde la identidad de las mercancías esté en duda, así como construyendo el marco legal adecuado para que esta “huella de ADN” sea válida en los juicios y procedimientos administrativos de las autoridades.

Aunque estas instituciones y expertos están trabajando muy fuerte en crear herramientas para combatir este crimen, sólo si nosotros como sociedad asumimos nuestra responsabilidad, nos informamos respecto a nuestro consumo de productos provenientes del estado silvestre y contribuimos cada vez más a difundir información a más personas, lograremos frenar el tráfico de especies y sus derivados y conservaremos así la gran riqueza que existe en nuestro país y en el resto del mundo.

Publicado en la edición semanal de El Comentario  
lunes 11 de noviembre de 2013 
Número 142, páginas 14-15


Más información del proyecto en:



Fotografías:

1. María G. Velarde Aguilar, edición: Sofía de Teresa

2 y 3. www.profepa.gob.mx

4. photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/ynse/542370154/">ynse</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/">cc</a>

5 y 6. cortesía de Código de Barras de la Vidal Silvestre-México


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