lunes, 13 de enero de 2014

¿Ritmos circadianos?

Por Gilda Y. Andrade Michel y María Guadalupe Velarde Aguilar


Te has preguntado ¿Por qué las aves migran en ciertas épocas del año? ¿Por qué algunas plantas como el girasol se mueven conforme transcurre el día/noche? ¿Cómo reaccionaría tu cuerpo si pasas menos horas luz? ¿Es necesaria la luz para nuestras actividades cotidianas?

Puesto que acaban de concluir las fiestas decembrinas y como nuestros lectores son muy observadores, seguramente notaron el aumento en la luminosidad artificial por la época, las lucecitas navideñas, los pinos decorados y los momentos de afecto con los amigos o familia y los regalos, pero, ¿tiene esto algo que ver con alguna reacción en nuestro organismo? Por qué no se celebra la navidad en verano (a excepción de algunos países). Pues existe una teoría sobre esta necesidad de “navidad” a nivel biológico, y todo se relaciona con un fenómeno llamado ciclo circadiano o ritmo circadiano.


¿Qué es un ritmo circadiano?
La palabra significa circa, cerca y diano, día y estos ciclos o ritmos, nos permiten coordinar las actividades internas a la mayoría de los organismos con los factores ambientales cotidianos, son además, endógenos (que se producen dentro de nuestro cuerpo), esto quiere decir que la respuesta al día/noche es constante a pesar de los factores externos ambientales se llevan a cabo durante la rotación de la Tierra. Las horas luz son el agente sincronizante de estos ritmos circadianos. Y una explicación a la navidad en relación con estos ciclos, es que en los países nórdicos, en los que hay menos horas luz con inviernos marcados, existen menos secreciones de ciertas hormonas que pueden causar distintas conductas en nuestros organismos.

¿Está relacionada la exposición a la luz con la producción de hormonas?
Cuando hablamos de hormonas las asociamos a “cosa de mujeres”, pues mi estimado lector/lectora, los organismos producimos una variada cantidad de hormonas, y el tiempo en que lo hacemos en ocasiones depende de la exposición a la luz, por ejemplo, en 1972 se describió el efecto de la melatonina al observarse cómo se comienza a segregar en nuestro organismo conforme va oscureciendo, así que esta hormona reacciona provocando aletargamiento en nuestro cuerpo preparándolo para el período de descanso, entonces, una posible explicación del exceso de lucecitas navideñas y ambiente de armonía y todo eso  en países en los que no hay tantas horas luz, es por causa de esta hormona.

El sistema circadiano está formado por un “reloj biológico” el cual sirve para generar una oscilación que emplean los animales para medir el tiempo, sin contar con factores ambientales externos. En los mamíferos este “reloj biológico” tiene un espacio físico en el cerebro: son los núcleos supraquiasmáticos. En ese 1972 también se descubrió que la luz ambiental entra a los núcleos supraquiasmáticos por vía retinohipotalámica, en la base del cerebro, para poder sincronizar el ciclo de luz ambiental.

Los ritmos biológicos más evidentes son los conductuales, hormonales, sueño-vigilia y responden a distintas señales del entorno, y se sincronizan con los fenómenos geofísicos como ciclos de las mareas, fases lunares, cambios estacionales, ciclos anuales. Todo esto sugiere una respuesta metabólica de las especies de modo individual o social. Por ejemplo, animales nocturnos como el ratón, el mapache o el búho secretan hormonas y enzimas digestivas en dependencia de su actividad motora nocturna, desfasada por completo a los que presentan animales diurnos como las abejas o los caballos.

Existen otro tipo de sustancias químicas que provocan conductas afectivas para este horario de invierno, como un neurotransmisor (sustancia química con la que se comunican las neuronas) llamado serotonina que provoca una sensación de felicidad y su producción está asociada al consumo de triptófano, un aminoácido que no produce el cuerpo pero que lo podemos encontrar en frutas como plátanos o en leguminosas y maíz; este neurotransmisor puede contribuir a la producción de hormonas como la melatonina, además de regular otros procesos conductuales.

Te invitamos a que le eches un ojo a tu reloj biológico y tus procesos de sueño que son muy importantes para nuestra supervivencia y buena calidad de vida, frena un poco y reflexiona en estos tiempos en los que se escucha mucho ese “el día no me alcanza para mis actividades”, recuerda que las horas-sueño son importantes para nuestro rendimiento intelectual cotidiano.

Si quieres saber algo más sobre este fenómeno visita:
https://www.youtube.com/watch?v=ASC4nxTZ80E (Cronobiología por Diego Golombek).

Publicado en la edición semanal de El Comentario  
Lunes 13 de enero de 2014
Número 148, páginas 24 y 25

Fuentes:

Créditos: 
Persona con almohada: photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/59632563@N04/6480297645">Sad man holding pillow</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/">(license)</a>


Mapache en la noche:
photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/81744358@N00/3361947148">Raccoon</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a>

girasol: photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/65573804@N03/23997422739">Sunflowers</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/">(license)</a>

árbol de navidad: photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/82256086@N00/23763937426">My Christmas Tree</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/">(license)</a>


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